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Actualmente, los celulares han abierto una posibilidad infinita de tomarnos fotografías todo el tiempo, desde las selfies hasta las fotografías con la cámara trasera. Sin embargo, por esta razón en muchos momentos nuestra percepción de cómo nos vemos se ve alterada.
Pese a que las fotografías son muy utilizadas, lo más normal es verse al espejo en más de una ocasión al día, y es aquí dónde nos preguntamos la razón por la que no nos vemos igual en el espejo que en las fotografías, y estas son las razones.
Si te pasa que te ves bien en espejo pero mal en las fotos, todo tiene una explicación. Cuando nos miramos al espejo, vemos una imagen invertida de nosotros mismos y está es la imagen a la que estamos acostumbrados.
Las fotos, sin embargo no están invertidas, por lo que parece diferente o menos familiar, asimismo la iluminación juega un papel importante en cómo nos vemos, ya que la luz del baño o del cuarto es muy diferente a la luz en la que se toman las fotografías.
Y es que las sombras y la intensidad de la luz cambian mucho la percepción del rostro. Además, nuestras expresiones faciales cambian mucho, es decir podemos ser capturados en un momento cuando la expresión no es muy favorecedora.
Sin embargo, en el espejo se controlan de mejor manera las expresiones. Esto es algo muy similar a cuando hablamos o cuando escuchamos nuestra voz en un audio de WhatsApp, ninguna es 100% exacta porque la percepción de la realidad es subjetiva y cambia según el contexto:
La foto (desde la cámara trasera) puede ser más objetiva porque captura cómo te ven los demás. Sin embargo, puede incluir distorsiones por el tipo de cámara, de ángulo y luz.
Por su parte, el espejo refleja una versión que tu cerebro interpreta como la más familiar y cómoda. Por eso, tendemos a preferir nuestra imagen en el espejo.