Toda acción que limite o vaya contra el ejercicio efectivo de los derechos políticos y electorales de las personas -sean mujeres y hombres, y candidatos (as) y los votantes- violenta el acceso a sus atribuciones inherentes en términos de las libertades que le asisten y corresponde.
A menos de cuatro semanas de celebrarse la jornada electoral del proceso que se desarrolla en todo el País, crece el saber del incremento de las agresiones a candidatos (as), y tema que se viene hablando casi a diario en los medios y redes sociales.
Estas noticias merman la acción y caminar de los aspirantes, pero también inquieta e inhibe a los votantes, al sentir desconfianza para salir a sufragar y cumplir con su derecho. Y esa violencia política en materia electoral, va contra dos elementos básicos en toda democracia: quienes serán votados y los que votarán.
No hay semana en la que no dejemos de saber de incidentes de violencia política, situación que además puede contabilizar a otros actores del acontecer, más allá de los aspirantes a cargos de elección, incluso familiares y víctimas colaterales, como son los sufragantes de siempre y los nuevos por acudir a las urnas, y esta situación aumentaría el nivel de abstencionismo.
Existen registros que describen una agresión diaria en promedio contra personas vinculadas al ámbito político, según empresas consultoras en asuntos públicos.
En ese mismo sentido, también la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL),- septiembre del 2023 - expresó con alto nivel de preocupación, el fenómeno de la violencia en México en razón de su incremento y los afectos que pueden alterar la estabilidad electoral en su conjunto.
Dicho de otra forma, si todo el sector gobierno en materia de seguridad, procuración de justicia y administración de la justicia, no se enlazan con las autoridades políticas, pero de igual modo con las instancias electorales y sociales, podemos lamentar - todos - el transitar por una democracia y transición en lo transexenal, con libertad, paz y transparencia.
El aumento de violencia política, donde se registran amenazas, los secuestros, las agresiones y hasta los asesinatos en contra de servidores públicos, donde hay candidatos (as), debe advertir a Gobiernos y Partidos, construir esquemas de alguna, aunque sea mínima, seguridad a todos los actores.
La violencia política existente en la actualidad en el contexto del universo electoral, afectan a las candidatas y los candidatos, pero también a votantes, y sin descartar en ocasiones a los periodistas y activistas, quienes también llevan a cabo tareas y actividades de naturaleza política, y las violencias que enfrentan tienen consecuencias generales sobre la sociedad al final de cuentas.
En resumen, debe detenerse la violencia política y electoral, y esta tarea es responsabilidad de todos o al menos, no es de una sola de las partes.
¡ ES CUANTO !