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Entre versos, metáforas y una profunda carga simbólica, la ciudad de Misantla se vistió de gala para ser sede de la celebración del séptimo aniversario de la Academia Nacional e Internacional de Poesía, un encuentro que, más allá de ser un evento formal, se convirtió en una auténtica fiesta de las letras, de los sueños y del arte.
En un emotivo discurso de bienvenida, los organizadores recordaron la importancia del número siete, no sólo en las creencias religiosas —como símbolo del ciclo completo de la creación divina—, sino también en la ciencia y la cultura: siete colores en el arcoíris, siete maravillas del mundo, siete pecados capitales, siete elementos que la mente humana puede retener, un número que representa cierre, renovación y eternidad.
La ceremonia fue encabezada por la escritora misanteca Raquel Jiménez Díaz, presidenta de la Academia Nacional e Internacional de Poesía, sede Misantla, quien no ocultó su emoción al recordar que hace siete años, precisamente en esta histórica ciudad veracruzana, se sembraron las primeras semillas de esta academia que hoy florece con fuerza y talento.
"Hoy vibro de emoción y gratitud por poder compartir con ustedes la alegría de celebrar nuestro séptimo aniversario, denominado La Fiesta de las Letras, cada uno de ustedes, hermanos en la poesía, invitados, familia, son parte esencial de este sueño que día a día construimos", expresó Jiménez Díaz ante un público atento y conmovido.
El acto contó con la distinguida presencia de figuras relevantes del ámbito literario, como María Presentación Regueira López, presidenta estatal de la Academia en Veracruz; Bernabé Gallego Olvera, presidente de la sede en Papantla; y Alberto Calderón Pérez, destacado declamador y promotor cultural, también se dieron cita escritores, poetas, gestores culturales y medios de comunicación locales y nacionales.
Se destacó la participación especial de Lorena López, fundadora del Centro Cultural Hispanoamericano "Las Altas Montaña", con sede en Burgos, España, quien reiteró la importancia de la poesía como puente entre las culturas.
Durante su mensaje, Raquel Jiménez Díaz exaltó el talento artístico de Misantla, recordando que esta ciudad ha dado a México notables pintores, músicos, escultores, danzantes y, por supuesto, excelsos poetas que han llevado el nombre de Misantla más allá de las fronteras nacionales.
"La poesía —afirmó— es el vocablo virgen de todo prejuicio, la palabra recién nacida que se desgrana en el alma, el poeta tiende su mano para conducirnos más allá del último horizonte, más allá de la razón y la fantasía, hasta descubrirnos los secretos que se esconden entre el mar y las estrellas."
El evento cerró con un llamado emotivo a seguir apoyando la literatura y el arte, especialmente en estos tiempos donde, como expresó la presidenta, "el mundo parece irse desdibujando por el cúmulo de circunstancias que surgen día a día".
Entre aplausos, abrazos y la promesa de seguir construyendo sueños a través de las letras, Misantla reafirmó su compromiso como cuna de arte y cultura, dejando una huella imborrable en el corazón de cada asistente.