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Desde la Plaza de San Pedro en Roma, miles de fieles siguieron conmovidos el funeral del Papa Francisco, Jorge Mario Bergoglio, quien marcó un hito como el primer pontífice latinoamericano y reformador de las tradiciones vaticanas.
El acto, celebrado bajo un cielo claro y una atmósfera solemne, congregó a más de 250 mil personas y a decenas de líderes mundiales.
Francisco había simplificado años atrás el protocolo funerario papal, eligiendo un ritual más austero que se reflejó en todos los detalles del acto.
Trump, acompañado de la exprimera dama Melania Trump, a lo largo de la misa participó en el rito de dar la paz, estrechando la mano de figuras internacionales.
Saludó a los reyes de España, Felipe VI y Letizia, quienes se encontraban en primera fila junto a otras autoridades. También intercambió saludos con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa.
El presidente argentino, Javier Milei, quien como candidato insultara al papa; la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y los reyes de España, Felipe VI y Letizia, ocuparon sus lugares en una abarrotada plaza.
En un gesto de inclusión que definió el legado de Francisco, un grupo de 40 personas representando a migrantes, pobres, personas sin hogar, presos y transexuales estuvo presente en las primeras filas.
Durante la homilía, el cardenal Giovanni Battista Re recordó las palabras de Francisco frente al crecimiento de los conflictos armados:
Además, recordó que el Papa dedicó su vida a los más necesitados, resaltando: "Nos enseñó que el amor debe extenderse hasta los márgenes del mundo."
La homilía, de unos 20 minutos, concluyó con los ritos de la Última Commendatio y la Valedictio, donde el cardenal asperjó agua bendita y el féretro fue incensado ante una multitud emocionada que entonaba el cántico In Paradisum.
Tras la misa, el féretro fue trasladado en el papamóvil adaptado. La procesión, de seis kilómetros hasta la Basílica de Santa María la Mayor, atrajo a unas 150 mil personas que se apostaron a lo largo de lugares icónicos como el Coliseo.
El entierro fue un acto privado, reservado a cardenales y religiosos. Francisco fue sepultado junto al ícono de la Virgen Salus Populi Romani, en una tumba de mármol blanco liso, tal como había dispuesto en su testamento: sin lujos ni decoraciones.
A partir del 27 de abril, la tumba estará abierta al público. El arcipreste Rolandas Makrickas confirmó que el Papa quiso ser enterrado "en la tierra", en un gesto final de humildad.
Con el funeral de Francisco se abren los Novendiales, nueve días de misas que finalizarán el 4 de mayo, mientras que el cónclave para elegir a su sucesor podría iniciarse entre el 5 y el 10 de mayo.
En redes sociales, líderes mundiales destacaron su legado. Ursula von der Leyen resumió el sentimiento global:
En Argentina, el duelo nacional de siete días decretado por Milei refleja la magnitud del impacto de Francisco no solo en la Iglesia, sino también en el corazón de su tierra natal y del mundo.