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Stephen Miller, asesor clave del expresidente estadounidense Donald Trump, ha retomado un papel central en el segundo mandato del republicano. Conocido por su postura intransigente respecto a la migración, Miller ha sido descrito como el arquitecto ideológico de las medidas más restrictivas del gobierno federal en esta materia.
Con 39 años y una presencia constante en los medios, Miller defiende la tesis de que el futuro de la civilización occidental depende del control migratorio.
Desde su cargo como subjefe de gabinete de estrategia política y asesor de seguridad nacional, ha impulsado medidas ejecutivas polémicas, como el uso de leyes de emergencia para acelerar deportaciones.
De acuerdo con The Wall Street Journal, en mayo ordenó al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) intensificar operativos, debido a que el ritmo de deportaciones era inferior al registrado durante el mandato de Joe Biden.
La instrucción derivó en una redada en Los Ángeles que desató protestas y choques con la policía. Como respuesta, Trump desplegó soldados federales, pese a la oposición del gobernador californiano Gavin Newsom.
Miller defendió esta medida públicamente, afirmando en la red social X: "Llevamos años diciendo que esta es una lucha para salvar la civilización. Cualquiera con ojos puede verlo ahora".
Criado en el condado de Los Ángeles en una familia judía, su perfil inicialmente parecía alineado con valores demócratas.
Sin embargo, desde su etapa escolar y luego en la Universidad de Duke, Miller abrazó las ideas de la derecha radical. David Horowitz, ideólogo conservador, lo conectó con figuras como Steve Bannon y Tucker Carlson, consolidando así su influencia en los círculos ultraconservadores.
En la primera presidencia de Trump (2017–2021), Miller fue el impulsor de la orden ejecutiva que restringía la entrada de ciudadanos de países mayoritariamente musulmanes, política que fue desafiada en tribunales.
También fue uno de los principales defensores de Trump tras el asalto al Capitolio en enero de 2021.
El expresidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, lo ha calificado como "el cerebro de Trump". Durante el nuevo mandato, Miller ha respaldado un ambicioso proyecto presupuestario que busca limitar aún más la migración y reducir los recursos legales de los migrantes para apelar sus deportaciones.
Además, ha logrado imponer su narrativa en medios: recientemente celebró la salida del periodista Terry Moran de la cadena ABC.
Moran se refirió a Miller y Trump, de 78 años, como "odiadores de clase mundial" en una publicación en X, ya eliminada.
"Miller es un hombre que está abundantemente dotado con la capacidad de odiar. Es un odiador de clase mundial. Puedes ver esto solo con mirarlo porque puedes ver que sus odios son su alimento espiritual. Él come su odio", publicó Moran. "Trump es un odiador de clase mundial. Pero su odio es solo un medio para un fin y ese fin es su propia glorificación [sic]. Ese es su alimento espiritual".
Miller está casado con Katie Miller, quien trabajó también como asesora en la Casa Blanca y ahora se integrará a una empresa del magnate Elon Musk.