Tras haber sido víctima del abuso policial de la Secretaría de Seguridad Pública con sede en Medellín de Bravo, la familia del joven que fue baleado en ambas piernas exigió que se le haga justicia.
Fue la tarde del pasado jueves cuando los uniformados llevaron a cabo un "operativo encubierto" de manera irregular para recuperar una pistola que habían extraviado momentos antes en un torpe descuido.
Los familiares del joven Luis Manuel G. C., lamentaron que por culpa del pésimo actuar de un grupo de descuidados elementos de la Policía Estatal, ahora él tenga que estar convaleciente y hasta en riesgo de perder alguna de sus piernas.
En un comunicado, una de las familiares del trabajador de la panificadora Bimbo afectado por la brutalidad policial señaló lo siguiente:
"Primero siempre nos dicen que sin pruebas no podemos detenerlo, pero como era una pistola de ellos sí pudieron hasta disparar sin fijarse si él la tenía o no”.
"Segundo ¿por qué meter mujeres civiles? Pues fácil, la desesperación de que sabía que había cometido un descuido.
"Tercero ¿Cómo se les puede perder un arma? si se supone que están capacitados y entrenados."
Informaron que el alcalde de Medellín de Bravo, Marcos Isleño está enterado de lo sucedido al haber un acercamiento, pero les comento que desgraciadamente el actuar contra estos malos elementos no está en su poder pese a que no es la primera vez que cometen un abuso de poder.
Dijo que, al tratarse de una corporación adscrita a la SSP del Estado, es precisamente el Gobernador de Veracruz Cuitláhuac García Jiménez mediante el Secretario Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla quienes deben actuar conforme a derecho por lo que les resulte.
Cabe recordar que el pasado 4 de junio de 2022, agentes de la Policía Estatal interceptaron a dos elementos de la Guardia Nacional que se encontraban de descanso, a los cuales los obligaron a someterse a una revisión.
Los policías le propinaron una brutal golpiza a los agraviados a quienes señalaron de ser delincuentes, pero cuando estos lograron identificarse como miembros de las fuerzas armadas, los oficiales les permitieron retirarse no sin antes robarles sus pertenencias.
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