![]() |
En la capital veracruzana, centros de rehabilitación para personas con adicciones están bajo la lupa. No es la primera vez que un interno aparece muerto y la causa oficial no cuadra con los signos evidentes de violencia. En lugar de ser refugios para quienes buscan salir del alcoholismo o las drogas, estos lugares operan en muchos casos como cárceles privadas, sin supervisión oficial y con reglas propias dictadas por los llamados "padrinos".
Los relatos son alarmantes: hacinamiento, golpizas, ayunos obligados y torturas físicas y psicológicas. Las familias, al firmar una carta responsiva al momento de internar a su ser querido, muchas veces sin su consentimiento, están dejando la vida del paciente en manos de personas sin preparación profesional ni ética.
Algunos internos mueren. Literalmente. Y no por causas naturales. Al menos tres casos recientes en Xalapa así lo demuestran. Uno de ellos ocurrió el pasado 31 de marzo, en el anexo "La Solución" de la colonia Bugambilias. Ahí, un hombre de 32 años fue hallado sin vida. Los encargados dijeron que se trató de un suicidio por asfixia, pero la investigación de la Fiscalía reveló que fue un homicidio. Lo mismo ocurrió en el centro de la colonia Rafael Hernández Ochoa y en el Grupo San José, en la colonia Manantiales. En ambos casos, las muertes fueron disfrazadas, primero como causas patológicas y luego desmentidas por la evidencia pericial: se trató de asesinatos.
Uno de los aspectos más perturbadores es la práctica conocida como "junta de cuerpo presente". Tras la muerte de un interno, los encargados colocan el cadáver frente a los demás pacientes como advertencia. La escena busca "corregir" conductas, según los padrinos, pero en realidad es una muestra de control absoluto y una violación flagrante a los derechos humanos.
Manejar un anexo es, para muchos, un negocio redondo. Las familias pagan cuotas semanales y aportan despensas que rara vez llegan a los internos. A cambio, los pacientes trabajan gratis, realizan tareas domésticas y son castigados si desobedecen. En este sistema, la rehabilitación es lo que menos importa.